Casas de mujeres. En el País Vasco se han creado hogares de mujeres para ofrecer un refugio a las mujeres y estimular el feminismo. Muchos se han basado en la colaboración entre feministas y municipios y han formado una red poderosa. Los de Pamplona y Vitoria-Gasteiz han cumplido cinco años.

Proyectos gestionados por mujeres para mujeres. Espacios inclusivos, abiertos y diversos. Lugares “seguros y confiables” para mujeres. Espacios para encontrarnos, conocernos y empoderarnos mutuamente. Por fin, casas feministas. Son muchas las formas de definir las casas de mujeres que se han abierto en diversos barrios, pueblos y capitales del País Vasco en los últimos años, pero la palabra que mejor define el alma de todos estos proyectos es quizás “punto de encuentro” . Son reivindicaciones históricas del movimiento feminista, pero, en los últimos tiempos, también son proyectos fuertes que han calado en el corazón de la gente.
Han pasado ya algunos años desde que los centros de acogida para mujeres empezaron a funcionar en el País Vasco y ya no son oasis aislados. Forman una red poderosa. Ejemplos de ello son la Casa de Mujer Lila (Elgoibar, Gipuzkoa), la Casa de Mujer Burlata (Navarra) o la Plaza Intercultural Feminista de Hernani (Gipuzkoa), inauguradas en los últimos años. En el País Vasco Norte la única Casa de la Mujer está en Urruña (Lapurdi). Abrió sus puertas en octubre del año pasado, gracias al trabajo colectivo de varios años de movimientos feministas del País Vasco Norte, aglutinados en el colectivo EBA Egiazko Berdintasunaren Alde.
Incluso en las capitales empiezan a florecer aquí y allá los tejados de color púrpura. La Casa de la Mujer de Donostia, por ejemplo, fue pionera en esta dirección, y el próximo 10 de noviembre celebrará su decimoquinto aniversario. Los promotores del proyecto definen así el papel de la casa: “Por un lado, la casa es un espacio de organización de todos los colectivos y asociaciones que luchan por erradicar la desigualdad, y por ello se ha convertido en un punto de encuentro generador de fuerza y sinergias. Por otro lado, el hogar cumple otra función: es un espacio que sirve para crecer y fortalecer el movimiento feminista”.
Las residencias de mujeres de Pamplona y Vitoria-Gasteiz son más nuevas que la de San Sebastián. Ambos acaban de cumplir cinco años y los directivos han manifestado su intención de seguir potenciando los proyectos en el futuro. En Bilbao y Bayona, sin embargo, hay planes y proyectos –el más importante el de Koloretxe en Bilbao–, pero hasta ahora no han dado frutos.
Herramienta de empoderamiento
La Casa de la Mujer de Vitoria-Gasteiz está ubicada en el Palacio Etxanobe en el Casco Antiguo. “Queremos que sea un espacio para todas las mujeres, lesbianas, trans, mujeres de distintos orígenes”, afirma Paca Robles, fundadora de la casa feminista y miembro de la asociación Sorginenea. "Sólo hay una condición: ser feminista", enfatizó Mertxe Lozano, miembro de la asociación. “Es una herramienta a favor de la igualdad de género y del empoderamiento feminista individual y colectivo”, ha añadido Ana López de Uralde, concejala de Igualdad del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz.
Fue inaugurado el 21 de septiembre de 2019 como respuesta a una petición histórica del movimiento feminista de Vitoria-Gasteiz. Las Casas de Mujeres de Ermua, Basauri (Bizkaia) y Donostia fueron referentes y colaboradoras a la hora de abrir el camino, así como en la elección del modelo de gestión más adecuado para la zona. Y así lo acordaron entre la asociación Sorginenea, creada específicamente para gestionar la casa, y el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, a través de un convenio de colaboración. "Vitoria-Gasteiz merecía una casa de la mujer porque era una declaración histórica del movimiento feminista y popular", recuerda Miren Ormazabal, miembro de Sorginen.
La Casa de la Mujer de Pamplona también acaba de celebrar su quinto aniversario. Las de Vitoria y Pamplona se inauguraron casi simultáneamente: Uno en septiembre, el otro en octubre. Esa no es la única similitud entre ambos: En ambos casos, el proyecto se desarrolló como respuesta a una demanda feminista y, en ambos casos, los responsables prefirieron un modelo de gestión colaborativa. “La Casa de la Mujer llegó después de un proceso de un año”, recuerda María Malo, miembro de la asociación Dekumas y presidenta de la Casa de la Mujer de Pamplona. “El proyecto se llevó a cabo durante el primer mandato de Joseba Asiron y hay que agradecer a ese gobierno municipal que asumiera una reivindicación feminista de larga data y, a partir de ella, llevara a cabo un proceso de participación abierto”.
“El hogar es una herramienta para la igualdad de género y el empoderamiento feminista individual y colectivo”
ANA LÓPEZ DE URALDEConcejala de Igualdad del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz
Al igual que en Vitoria-Gasteiz, el proyecto está gestionado por la asociación Emakumeen Etxea y el Ayuntamiento de Pamplona. Sin embargo, el camino era difícil en cualquier caso. Los miembros del hogar de Pamplona han destacado las dificultades materiales, fundamentalmente la obtención y adecuación de una vivienda digna. Los vitorianos, por su parte, tienen "resistencias" políticas que mencionar: "Luchamos durante tres años por la creación de la casa, pero ni el Gobierno municipal ni los partidos creyeron en el proyecto", explicó Robles. A pesar de los vientos en contra, el sitio, bajo el nombre de Casa de Mujeres de Sorginenea, siguió adelante.
Pero un año después de la apertura —y con la pandemia de por medio— ambas partes declararon que el modelo de gestión compartida había terminado. Desde entonces la casa está gestionada íntegramente por el municipio. El lugar también tiene otro nombre: es oficialmente la Casa de la Mujer de Vitoria-Gasteiz. Al dejar la gestión del recinto, Sorginenea perdió su "fuerza", pero a cambio, la casa ganó "activismo", según la representante de la asociación, Mari José Sainz. Actualmente, la asociación gestiona la biblioteca feminista Eleen Ganbara —que cuenta con más de 2.500 libros— y varios comités creados para el empoderamiento de las mujeres.
Talleres y proyectos
Pero más allá de ser un simple lugar de encuentro, las casas de mujeres son también cuna de decenas de proyectos, talleres y eventos. “El año pasado organizamos alrededor de 400 actividades y contamos casi 14.000 usuarios. “La casa va cogiendo fuerza año tras año”, explica María Nabarlaz, vicepresidenta de la Casa de la Mujer de Pamplona. En la programación que se cura trimestralmente, Ángeles Angulo ha destacado cineforos, talleres de teatro, conversaciones feministas, el grupo Kantuz y el laboratorio de sexualidad presentado en euskera. Angulo es una de las fundadoras de la Casa de la Mujer de Pamplona, además de miembro del foro Miran. "No es necesario ser miembro de ninguna asociación para venir a la Casa de la Mujer", explicó. “Nuestras actividades son gratuitas y abiertas al público y no pedimos entrada a nadie”. “Es un campo abierto y cualquier mujer puede participar”.
“Tener un lugar donde reunirnos ha propiciado el tejido de nuevas redes entre mujeres. “No sólo entre las asociaciones feministas, sino también entre la ciudadanía”.
María MaloPresidenta de la Casa de la Mujer de Pamplona
Pero según la presidenta María Malo, la Casa de la Mujer de Pamplona es más que un lugar de actividades: es un promotor de nuevos proyectos e interacciones. Semilla. “Tener un lugar donde reunirnos ha propiciado el tejido de redes entre mujeres. No sólo entre asociaciones feministas, sino también entre individuos. En las reuniones de las Casas de Mujeres han surgido algunos movimientos; entre ellas la Asociación Navarra de Promotores de Igualdad de Género, un grupo de trabajo sobre comunicación no violenta y la Asociación Navarra de Cuidadores y Trabajadoras del Hogar.
La Casa de la Mujer de Vitoria-Gasteiz también acoge numerosos proyectos e iniciativas relacionados con el feminismo. No sólo ofrece atención a las mujeres, sino que también ofrece formación, creatividad y ocio. Las mujeres participan en la gestión del hogar, en los servicios y en las actividades, a partir de un principio central: “Es un espacio feminista, inclusivo, abierto y diverso; "Un lugar para todas las mujeres", según López de Uralde.
La Escuela de Apropiación Feminista es uno de los puntos fuertes del centro de Vitoria-Gasteiz. Se puso en marcha hace catorce años y desde 2021 forma parte de la Casa de la Mujer como herramienta de formación. Ofrecen recursos para abordar las limitaciones estructurales del género, desde una perspectiva feminista interseccional. Además, la Casa de la Mujer también ofrece un servicio de información y orientación para trabajadoras del hogar y del cuidado, y facilita salas de encuentro y debate para diversos grupos de mujeres.
“Somos pluralistas e independientes, no estamos atados a ningún partido, y eso, en sí mismo, es muy fuerte”
PACA ROBLESMiembro de la Asociación Hogar de Mujeres y Sorginenea de Vitoria-Gasteiz
Las mujeres de la asociación Sorginenea también participan activamente en las actividades de la Escuela de Propiedad Feminista, gestionando la biblioteca, dinamizando comités y llevando a cabo diversos otros proyectos. La asociación cuenta con 330 socias, todas ellas mujeres, y Robles explicó que trabajan desde un feminismo “autónomo”: “Somos plurales e independientes, no estamos atadas a ningún partido, y eso, en sí mismo, es muy potente”.
Un lugar seguro para todos
Quieren dar la bienvenida a todas las mujeres en los hogares de mujeres. "Nuestros principales objetivos son erradicar todas las formas de violencia de género y promover la igualdad entre las mujeres, acercando también al resto de culturas y feminismos al nuestro. “Tenemos una gran interseccionalidad, nos cruzan muchas características: lugar de nacimiento, edad, género, orientación sexual, discapacidades, color de piel… Todas estas líneas transversales deben verse reflejadas en la Casa de las Mujeres, para que cada mujer pueda verse protegida”, explica Malo.
“El empoderamiento es la clave”, afirma Susana Perdomo. Es miembro de la Casa de la Mujer de Pamplona y de la asociación Fenix. Esta asociación se encarga de acoger a personas migrantes del colectivo LGTBI, y en este sentido ha destacado la importancia de la casa de la mujer: “Somos migrantes, un 20-30% de las socias que formamos la Casa de la Mujer de Pamplona, y reunirnos aquí y entablar relaciones con otras mujeres nos da fuerza”. De hecho, quienes han huido de su país de origen buscan un "lugar de acogida", y eso es lo que ofrecen los refugios para mujeres: "Los talleres que ofrecemos aquí tienen como objetivo hacer precisamente eso: empoderar a las mujeres y hacerlas sentir que pertenecen a algo. "Son lugares seguros."
Para ello, sin embargo, es fundamental la colaboración entre las administraciones y las asociaciones implicadas en la gestión de las residencias de mujeres. En Pamplona, esta relación está floreciendo en estos momentos: “Estamos en perfecta sintonía con el actual equipo de Gobierno municipal y, especialmente, con la concejala de Igualdad, Zaloa Basabe”, ha asegurado el lehendakari Malo. Considera que el proyecto cuenta con el apoyo de todos los grupos políticos del Ayuntamiento, pero también ha habido tensiones. Durante la legislatura de la UPN, por ejemplo, el Ayuntamiento de Pamplona limitó el ámbito a la Casa de la Mujer, ubicando en las plantas baja y alta del mismo edificio el servicio de animación infantil Coworkids y el Servicio de Atención a Domicilio. "Para nosotros lo más lógico sería que los servicios y proyectos que se coloquen en este edificio se centren en la igualdad y el feminismo, para así fomentar sinergias", reconoció Malo.
“Somos migrantes, un 20-30% de las socias que formamos la Casa de la Mujer de Pamplona, y reunirnos aquí y entablar relaciones con otras mujeres nos da fuerza”
SUSANA PERDOMOMiembro de la Casa de la Mujer de Pamplona y de la Asociación Fenix
Por ello, quieren aprovechar su buena relación con el actual ayuntamiento para repensar la zona y abordar otros retos: “La Casa de la Mujer tiene salas limpias, que son adecuadas para talleres y pequeñas actividades, pero el espacio es demasiado pequeño para organizar otros eventos”, señala Nabarlaz. "El Ayuntamiento ya ha empezado a estudiar la cuestión para restaurar el salón principal del edificio". “Esto nos permitiría programar presentaciones, eventos y espectáculos más grandes”.
Quieren un hogar más “abierto”
Aunque valoran positivamente la colaboración entre el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz y Sorginenea, los miembros de la asociación han reconocido que la institución da al proyecto menos importancia de la que les gustaría. Consideran que el horario de atención de la Casa de la Mujer es bastante limitado (entre semana abre de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 y suele estar cerrada los fines de semana y festivos), lo que reduce significativamente las oportunidades de atender a las mujeres o reunirse con ellas. “Es inaceptable que una mujer que ha sufrido violencia de género tenga las puertas de su domicilio cerradas a las 20.30 horas”
Los Sorginenea quieren aprovechar el poder que existe fuera de las instituciones para hacer la casa “más grande” y tener más recursos de los que tiene actualmente; Quieren ser un estímulo. Ormazabal: “Lo más importante que hace Sorginene es presionar a esta casa para que sea mucho más abierta y para que nuestro pensamiento feminista avance”.
La Casa de las Mujeres de Vitoria-Gasteiz es un espacio imprescindible para el feminismo, pero aún queda mucho camino por recorrer; En esto están de acuerdo el ayuntamiento y los miembros de la asociación Sorginenea. "Todavía nos queda mucho camino por recorrer para conseguir la igualdad y, aunque a veces el viento juegue en contra, seguiremos avanzando", subrayó López de Uralde. Y la asociación considera esencial que todas las mujeres feministas recorramos este camino juntas. Vilches: “Si queremos lograr un mundo feminista, debemos recorrer el camino juntas”